Una de las primeras decisiones de Nicolás Maduro como presidente de en
propiedad de Venezuela fue dividir el Ministerio Popular de Planeación y
Finanzas en dos: el Ministerio de Planeación y el Ministerio de Finanzas[i], dejando al anterior
ministro de esa cartera, Jorge Giordani, en el cargo de Ministro de Planeación
y nombrando como nuevo ministro de finanzas a Nelson Merentes, quien se venía
desempeñando como presidente del Banco Central de Venezuela. Muchos analistas
consideran que es un buen cambio pues permitirá tener en el cargo a una persona
más pragmática para afrontar los graves problemas de la economía venezolana que
analizaremos más adelante[ii].
¿Quién es el ministro que sale?
Jorge Giordani, quien ocupaba hasta hace poco tan importante cartera en
Venezuela, no es economista ni tiene una carrera muy afín con las ciencias económicas,
es por el contrario, un ingeniero electrónico de la Universidad de Bologna
(Italia) con Doctorado en Planeación de la Universidad de Sussex (Inglaterra) [iii]. No nació en Venezuela,
sino en República Dominicana, hijo de un emigrante italiano que huyo hacia allí
por la II Guerra Mundial y de una venezolana nacida en España; por esto es que
él dice que se puede considerar con cuatro nacionalidades: dominicano,
italiano, español y venezolano[iv].
Pero...¿Quién es el nuevo ministro?
Nelson José Merentes Díaz es un matemático de la Universidad Central de
Venezuela, con doctorado en matemáticas con énfasis en economía y finanzas de
la Universidad de Budapest (Hungría), se venía desempeñando como presidente del
Banco Central de Venezuela y antes había sido también ministro de finanzas y de
ciencias y tecnología, como también profesor de la Universidad Central de
Venezuela[v]. Es considerado uno de los
“tanques” chavistas por su cercanía con el fallecido mandatario Hugo Chávez, al
igual que con el actual presidente y por su reconocida trayectoria política y
académica[vi].
¿Cuáles son los principales retos de Nelson Merentes?
Venezuela ha aumentado la igualdad en el periodo del fallecido
presidente Hugo Rafael Chávez Frías, al pasar de tener un Coeficiente de Gini en 1999 de
0,4772 a un 0,3902 en 2011[vii] y de reducir el
porcentaje de población pobre de un 62,1% en 2003 a la mitad con 31,9% en 2011[viii], pero esto ha traído consigno no solo beneficios para población sino también graves problemas económicos para el país que ponen en riesgo la sostenibilidad del estado socialista, a continuación destacaré algunos que
suponen un reto para el nuevo ministro.
El principal problema que se destaca es que a pesar de la
distribución más equitativa de los ingresos, estos no han crecido
significativamente en los últimos años, es decir se ha aumentado la equidad pero no la eficiencia. Sin embargo, Venezuela ha aumentado significativamente
el gasto público, en 2012 se llegó a un 42% respecto al PIB[ix], y es ahí donde la brecha
entre los ingresos y los gastos crecen, Venezuela ha logrado sostener su alto
gasto público por la petrolera PDVSA, pero ha sacrificado reinversión en la
empresa para así crecer la producción por entregar el dinero a programas
sociales, prueba de esto es la explosión de una refinería en 2012, según se
cree por falta de mantenimiento en las instalaciones; a pesar de los altos
ingresos provenientes del petróleo, ya se ve que Venezuela ha tenido que
recurrir a préstamos externos para financiar su alto gasto, tal que en los
últimos cinco años el Banco de Desarrollo Chino le ha prestado al vecino país
unos $42.500 millones de dólares en los últimos cinco años, por lo que según
estimaciones de firmas consultoras el déficit fiscal en Venezuela respecto al
PIB es del orden del 9% al 12% y creciendo[x].
Ahí no para todo, el ministro tendrá que ponerle solución a la
alta inflación que aqueja al país, que para el año 2012 se estimó en 20,1%[xi], que según expertos se
debe a la fuga de capitales extranjeros que dejan al país venezolano sin
divisas suficientes y que por eso han tenido que recurrir al control cambiario
y la continua devaluación del Bolívar como instrumento para bajar un poco la
inflación, medidas que son tomadas a la ligera sin mucha planeación[xii]. Esto es algo que
Nicolás Maduro sabe y así lo ha expresado: “Necesitamos gobernar la economía,
una economía compleja. De transición al socialismo. Tenemos que ir al control
de la inflación. Me decía Merentes que podemos controlar la inflación en un
dígito”[xiii].
El nuevo gobierno tendrá que revisar también importantes
cuestiones como el control cambiario, que muchos acusan como el causante de los
males en la economía venezolana; los subsidios en petróleo que se dan a países con
regímenes socialistas con el objetivo de expandir la “revolución bolivariana”; examinar
los precios de PDVSA, que son los de los más bajos del mundo; evitar la escasez
de productos básicos de la canasta familiar aumentando la producción de estos
en el país, tanto en el sector industrial como de agricultura; mejorar los
servicios públicos domiciliarios; entre otros[xiv][xv].
En general, Venezuela se enfrenta al reto de hacer viable un
proyecto socialista en un mundo capitalista, donde los recursos son limitados y
no alcanzan para satisfacer todas las necesidades de la población. Para poder
continuar con el socialismo que representa un alto gasto público, deberá hacer
grandes revisiones de todo tipo en aras de aumentar la productividad del país y
aumentar la “torta” y que finalmente a cada uno le toque un pedazo mayor de
esta, como es el objetivo del gobierno del vecino país. Al lector le dejo la
siguiente pregunta para que reflexione y comparta sus comentarios: ¿Es posible
el socialismo en siglo XXI?.
Excelente entrada Esteban, muy profesional.
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