Según la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, todo ser humano tiene derecho a la vida[1], prevaleciendo este
derecho sobre los demás, tal como lo establecen la mayoría de Constituciones
del mundo. Sin embargo, una cosa es lo que dicen las leyes, y otra lo que
verdaderamente es. Escribo este artículo con la pregunta ¿Qué es más
importante: la vida o el dinero?, lo más normal es que todos respondiésemos a
esa pregunta con la vida, pero otra vez, hay una gran distancia entre el
discurso y lo que practicamos.
Las farmacéuticas son en principio, empresas que
se crean con fines de lucro cuyo objeto social es el de preservar y mejorar la
calidad de vida de las personas, es decir, ellas ganan dinero ayudando a las
personas a vivir más y mejor. Pero entonces, ¿en qué punto empiezan a abandonar
su admirable objeto social?: es fácil de
responder, en el momento en que la vida pasa a ser algo secundario, una simple
mercancía, y el dinero se convierte en lo fundamental.
En el 2011, en el mundo las farmacéuticas
vendieron 1,08 trillones de dólares, y para el 2020, se espera que vendan 1,6
trillones de dólares[2], en Colombia, para el año
2011, solo por el canal de distribución comercial, es decir, lo que se vende
por medio de farmacias, tiendas y supermercados, fue de 4 billones de pesos[3], según estimaciones, esto
representa el 60% de sus ventas, mientras que el canal institucional otro 40%.
Para 2010, se registraban en total de 7,2 billones de pesos en ventas de las
farmacéuticas[4].
Estas grandes ganancias, están sustentadas en el
tinte monopolista de la industria farmacéutica, a las empresas se les otorgan
patentes concediendo el derecho de explotación exclusivo de ciertos
medicamentos. Como la demanda de medicamento es bastante inelástica, es decir,
la variación de la cantidad demanda es poca respecto a la variación del precio
(popularmente: la necesidad tiene cara de perro), estas empresas, abusando de
su posición monopolística, suben el precio, a tal punto, que se vuelve
inaccesible para muchas personas de bajos ingresos, o le cuesta millonarios
recursos al estado, desangrando el presupuesto público.
Claramente, la intención de todo negocio es
mantener a sus clientes y ganar más, y al parecer, eso es precisamente lo que
está haciendo la industria farmacéutica, es decir, evitar que los pacientes se
curen definitivamente, o bien, generando efectos secundarios para que
posteriormente requieran otros medicamentos y tratamientos. ¿Han perdido su
objeto social?, pues en vez de preservar y mejorar la calidad de vida, estarían
haciendo todo lo contrario, solo por ganar dinero. Sin embargo, esto no se
puede generalizar ni tampoco documentar con fuentes académicas, pues hay
intereses de por medio que impiden la realización de investigaciones.
Hay un caso, que ha sido muy controversial en las
redes sociales y en los Estados Unidos, es el caso del Dr. Burzynski, a través
de un documental, narra la historia que ha tenido que pasar con un tratamiento
experimental contra el cáncer, mostrando los resultados que ha tenido y la persecución
que ha tenido por parte de las autoridades estadounidenses, entre ellas la FDA
(Food and Drog Administration), la Texas Medical Board y el NCI (National Cancer
Institute), estas entidades han interpuesto decenas de demandas contra el
doctor y su clínica, y en todas ellas, este ha sido absuelto.
Según denuncia el documental, la FDA pasó a formar parte de la nómina de las farmacéuticas, pues por cada medicamento aprobado, la FDA recibe un pago; para el Dr. Burzynski y algunos de sus colegas, las farmacéuticas presionan por la no aprobación de su tratamiento puesto que dejarían de recibir millonarios recursos producto de la venta de quimio y radioterapias. Sin embargo, muchos de los críticos de Burzynski dicen que lo único que hace es cobrar altas sumas de dinero a sus pacientes, puesto que al ser un tratamiento experimental los planes médicos no lo incluyen, estafando y jugando con la esperanza de sus pacientes. Según estadísticas del Dr. Burzkynski su tratamiento tiene entre un 25%-50% de efectividad y no deja efectos secundarios severos, en contrate con las quimio y radio terapias con un 1% de efectividad y múltiples efectos severos y permanentes. [5]
El debate dentro de la Economía de la Salud es
bastante amplio y profundo, la prestación del servicio de salud acarrea grandes
costos, el dilema es que se está privando a la gente de un derecho fundamental
como lo es la vida, se tratando la vida como una mercancía más, desde mi perspectiva
esto no debería ser así. Lo que han sugerido múltiples personalidad es el de
tratar de reducir los costos que conlleva la salud, pero no limitando los
tratamientos, sino utilizando las herramientas del mercado al máximo: los
tratamientos especializados son costosos porque hay muy pocos médicos
especialista, la solución entonces, es aumentar el cupo en los posgrados en
medicina; los medicamentos son muy costosos porque las patentes crean un
monopolio, este es un tema más delicado porque colocar precios máximos
demasiado bajos, podría desestimular la investigación, sin embargo, es algo que
debe hacerse, establecer un límite de ganancia en estos medicamentos.
Finalmente, la invitación al lector para que
comente y comparta el artículo, así como para que vea el documental del Dr.
Burzkynski y se documente también con otras fuentes.
[2] PWC (2012) From Vision to
Decision Pharma 2020, http://www.pwc.com/en_GX/gx/pharma-life-sciences/pharma2020/assets/pwc-pharma-success-strategies.pdf